7 consejos para mejorar la salud de tu marca
En un mundo saturado de marcas parece imposible diferenciarse, darte a conocer y generar interés. Sin embargo, es más habitual descuidar la marca que cuidarla como merece, y eso hace que muchas estén tan de capa caída como una planta en un trastero.
Hoy, aprovechamos este poco original ejercicio de clickbait para repasar con cariño las siete claves que ayudarán a que tu marca genere más confianza y conecte más fácilmente con el público que te hará crecer.
Unos valores claros y coherentes
Seamos claros. Si el proyecto no tiene una razón de ser clara y unos valores coherentes con la causa, seguramente tendrás que invertir mucho dinero en comunicación para que se te tenga en cuenta. Tendrás que recurrir a la repetición cansina y demostrar estatus malgastando dinero. Como habrás comprobado, en eso las grandes marcas te ganarán por goleada.
Por suerte, las marcas fundadas a partir de una causa poderosa y original tienen mucha más visibilidad con menores inversiones y mucho menos esfuerzo. Piensa que todos tenemos la antena puesta para detectar iniciativas con las que sentimos afinidad. Una estrategia de comunicación discreta pero relevante para el cliente objetivo es infinitamente más efectiva que millones de euros de inversión en publicidad genérica para un público indefinido o demasiado amplio.
Sin embargo es importante recalcar que no basta con tener una causa o unos valores interesantes y comunicarlos abiertamente. El público que apoya la causa va a juzgar si los productos o servicios que ofrece tu empresa son coherentes con lo que comunicas. De lo contrario estarías incurriendo en lo que Marty Niemeyer llama “The Brand Gap” (Algo así como “una brecha en la marca”). Un libro en el que explica lo importante que es que la estrategia de negocio y la de comunicación vayan de la mano para que la experiencia de cliente no sea disonante con sus expectativas.
Si tienes dudas de si tu marca está incurriendo en un problema de este tipo, es un libro muy corto que puede ayudarte mucho a entender las claves del problema y las virtudes de darle solución.
Una imagen gráfica cuidada
Aunque hay muchas marcas que funcionan con logotipos lamentables, lo consiguen a pesar de esa malísima decisión, no gracias a ella. Simplemente quiere decir que tienen un producto o servicio muy bueno, muy buenos contactos o un bolsillo sospechosamente profundo del que sacar recursos para darse a conocer y cerrar tratos de altura. Esto es más típico de las empresas B2B que pueden invertir mucha pasta en conectar con cada cliente, porque a la larga les compensa.
Para el resto de mortales, pedirle una imagen de marca a la IA, al cuñado de turno o incluso sacártela de la manga, es una idea peligrosa. Aunque a veces no quede más remedio, la verdad es que la imagen de marca no debe tomarse a la ligera. Es algo que lleva tiempo de análisis, desarrollo y valoración hasta dar con los elementos que permiten dar en el clavo con el público objetivo.
Dice el mito que la primera impresión se forma en menos de 7 segundos. Lo que quiere decir que los mecanismos de atención e intuición de la gente son bastante complejos. No conviene dejar los detalles al azar porque podrías perder la oportunidad de conectar con muchos clientes potenciales.
Pero más allá de la primera impresión al cliente fiel se le gana en cada interacción. Lo que los entendidos llaman los “touchpoints” o puntos de contacto con la marca. Desde el logo a la página web o las redes sociales, incluso llegando a cómo recibes al cliente, todos los detalles son importantes y merecen estar cuidados. Pero de esto hablamos también un poco más adelante.
Un producto o servicio que aporta valor (cuidado con generar falsas expectativas)
En pocas palabras, si quieres que tus clientes se sientan satisfechos, necesitas ofrecerles un producto o servicio que, para ellos, valga más de lo que cuesta. Y esto no es tarea fácil. La única forma de conseguir que alguien pague más de lo que realmente siente que cuesta es porque esté comprando a un monopolio. Una estrategia de negocio que no está al alcance de cualquiera.
Por complicado que parezca, el valor percibido del producto es muy relativo y varía de una persona a otra. Por eso es importante apoyarse siempre que se pueda en elementos que aporten “valor añadido”. El concepto de valor añadido es tan interesante como complejo. Digamos por ahora que son todas las condiciones que rodean al producto. Por ejemplo, una lata de cocacola fría vale por lo general más que una caliente. ¿Por qué? Porque salvo que te guste la cocacola caliente, una lata fría la puedes tomar cuando te apetezca, mientras que una caliente tienes que esperar a enfriarla.
Otras características que aportan valor añadido pueden ser tan sencillas como la rapidez de entrega o tan complejas como el estatus que proporciona lucir una marca. El valor añadido es todo aquello que hace que el cliente se sienta afortunado o privilegiado por haber comprado tu producto o servicio.
El lado oscuro de aportar valor está por desgracia muy extendido, y es que se puede prometer mucho y que el cliente se quede insatisfecho. Cuidado con esto porque de ser habitual esa sensación de vacío el cliente, no solo no volverá, sino que acabará hablando mal de tu proyecto a todo el que se encuentre.
Si quieres ser una marca de las que causan afición, el objetivo es superar las expectativas que generas para conseguir clientes que repitan y te recomienden. Pero esto también da para una larga conversación y el tiempo apremia.
Una comunicación bien planificada
Aquí es donde la mayoría de marcas pequeñas pinchan. Y no es para menos. La comunicación moderna es cuestión de músculo, y en esto todos estamos a un descuido de romper con una buena racha. Dejar de ir al gimnasio una vez o saltarnos el régimen para simplificar, es saludable, pero puedes acabar por descubrir, de pronto, que hace 6 meses que perdiste el ritmo que tan buenos resultados te estaba dando.
Si quieres atraer a tus clientes ideales, necesitas un discurso ordenado y coherente que les hable de tú a tú sobre aquello que les importa. Pero sobre todo necesitas una estrategia que mantenga el hilo de comunicación abierto para aprovechar todas las oportunidades de conectar con ellos.
Solo a base de perseverancia y organización es una marca capaz de cortar a través del ruido constante de impactos que recibimos todos cada día.
Si quieres destacar, olvídate del éxito viral, necesitas constancia y calidad. Mejor hacer acciones sencillas mes a mes que un esfuerzo anual que potencialmente puede coincidir con el video de un gatito y pasar desapercibido.
Escucha atentamente a tus clientes
Estamos en el año 2025… o depende de cuándo estés leyendo esto quizá 2030 o 2050. Hasta donde podemos ver, Internet es una herramienta que ha permitido una comunicación bidireccional para todas las marcas. Si todavía crees que la comunicación comercial es unidireccional lo tienes muy difícil para que tu marca no pase desapercibida.
Salvo que tu proyecto sea una tapadera para lavar dinero negro, los clientes son la razón de ser de tu marca. Por eso es importante escucharlos atentamente y entender sus necesidades y deseos.
Presta atención a los detalles que son importantes para ellos y ponlos en valor. Si tus clientes se sienten escuchados y valorados, tu marca crecerá con buena salud.
Entender que cada contacto es branding
Ya hemos hablado de los puntos de contacto. Hay quien hasta se curra un mapa de experiencia del cliente y anota cómo se siente en cada fase de proceso de compra. Es divertido aunque un poco agotador.
Si te sirve para relativizar, la mayoría de marcas harían bien en centrarse en los puntos principales. El logo, la web, las redes sociales, la experiencia del producto, el packaging o el trato al cliente son los más importantes. Pero si quieres puedes ponerte ultra-detallista y romper esquemas con la experiencia de cliente, te cuento algo que viví.
Hace unos años estaba probando guitarras en una tienda de Santiago de Compostela y al cabo de un rato el dependiente me preguntó ¿necesitas alguna cosa? En broma le dije, un whisky con hielo para disfrutar más el momento… y solté una carcajada… eran las 12:00 de la mañana, y no sé realmente cómo ocurrió, pero en menos de 5 minutos me sirvieron un whisky excelente. Estaban preparados para una situación así.
Cada punto de contacto es una oportunidad para generar sensaciones. La forma en que haces sentir a la gente, es tu marca. Por eso es importante cuidar cada detalle y asegurarte de que la experiencia de tus clientes sea memorable y positiva.
Perder el miedo a cometer errores
Por último, creo que es importante rebajar un poco la tensión de hacerlo todo de 10. No debemos olvidar que las marcas están vivas, evolucionan y encuentran su camino paso a paso. Si no pones a prueba nuevas iniciativas, servicios o productos, nunca aprenderás. No tengas miedo a cometer errores, son parte del proceso de aprendizaje y te ayudarán a mejorar.
¿Parece fácil? En esencia lo es, lo difícil es poner la atención y el trabajo necesario en cada paso del camino. Pero, eh, si necesitas ayuda para implementarlos ¡Vente Arriba! Estamos aquí para poner tu marca a la altura de tu negocio.
¡Salud!