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El tiempo es tu aliado… solo si tienes una estrategia!

Seamos claros. Es prácticamente imposible no tener una estrategia. Incluso si no has dedicado ni un minuto a darle forma a tus objetivos, cada decisión, cada acción que emprendes para sacar adelante a tu empresa responde a una estrategia inconsciente. 

Esto es lo que hace la mayoría.. Demasiado ocupados como para pararse a planificar, ven el futuro como algo incierto. Es mejor centrarse en el presente y salvar los platos cada día. Pero esta perspectiva a corto plazo no permite construir nada que merezca la pena.

No puedo decir que no entienda la visión a corto plazo. Más cuando las promesas y disrupciones que plantea la inteligencia artificial hacen difícil los planes a medio y largo plazo. Pero la estrategia no es una línea recta hacia un destino concreto. Es una creencia que te permite elegir de manera eficiente cómo interactuar con la realidad a medida que se desenvuelve. Y debes llegar a esa creencia conscientemente.

Mientras no logres transformar lo inconsciente en consciente, lo inconsciente guiará tu vida y lo llamarás “destino”. La frase no es mía. Atribuida originalmente a Carl Jung, está extraída del libro “Hábitos Atómicos” de James Clear. Un manual moderno sobre productividad que se basa en pequeñas acciones con grandes repercusiones.

Empieza con el por qué

Sumergidos en un estado casi hipnótico de saturación de tareas a menudo perdemos la claridad sobre por qué hacemos las cosas y sobre todo cómo podemos recuperar el control. 

Muchas empresas sufren año tras año la metáfora de la hoja del árbol a merced del viento. Sin un buen árbol y sobre todo, unas raíces sanas, profundas y fuertes, no tardaremos mucho en salir volando.

Esas raíces son una metáfora de las razones que nos mueven a hacer nuestro trabajo cada día. Desde un punto superficial, ganarnos la vida es para muchos suficiente. O mantener la empresa a flote. Pero a medida que esas raíces quieren profundizar, necesitan abarcar espacios más amplios. Orientar el negocio hacia el impacto positivo es el paso más lógico. Sin embargo, ser preciso con nuestra definición de ese impacto es tan necesario como desafiante.

A veces nos conformamos con poco. Aportar valor a nuestros clientes, no es poca cosa, pero depende de quienes sean nuestros clientes puede que acabemos gastando nuestras energías en hacerle la ola a personas con las que no compartimos valores. Si queremos una estrategia sólida es importante dedicarnos a algo que nos mueva desde lo más profundo de nuestros ideales.

Si como nosotros sois idealistas empedernidos, la situación puede ponerse un poco oscura. La voz en vuestra cabeza dirá: “pero eso que me gustaría conseguir es materialmente imposible”. Lógicamente una semilla no se convierte en un árbol de la mañana a la noche. Nada que merezca la pena se consigue sin esfuerzo y sobre todo, sin que pase el tiempo.

La estrategia se hace más fácil con el tiempo

El tiempo es el combustible definitivo que te permitirá llegar allí donde te propones. Por eso una de las herramientas más útiles que tenemos como estrategas es visualizar lo que queremos conseguir y establecer un marco temporal que lo haga posible.

Estando donde está hoy tu proyecto ¿a dónde podrías llevarlo en 5 o 10 años? Si lo consigues visualizar con suficiente claridad, es probable que seas capaz también de establecer metas intermedias. ¿Qué tiene que pasar este año para dar un paso adelante? Visiones como estas te permitirán tomar decisiones importantes. Especialmente de cara a priorizar tareas.

Utiliza tus primeras horas del día. Las más cargadas de energía, claridad y frescura, para hacer realidad aquello que es importante para tu visión de futuro y el tiempo hará el resto. Suena ridículamente sencillo y está claro que no lo es. Pero si realmente quieres conseguir algo que merezca la pena no puedes seguir fijándote en tus estrategias inconscientes. Es mucho mejor desarrollar una propuesta estratégica firme e inspiradora que haga tu día a día más gratificante.

Experiencia, coherencia y comunicación

Nuestra experiencia personal es que el sector del branding está lleno de estudios que llevan años haciendo ‘lo que pide el cliente’ sin cuestionar si eso es lo que realmente necesita. Hemos aprendido por las malas que una estrategia de comunicación sólo es eficaz si sirve para dar visibilidad a una buena estrategia de negocio. Todo lo demás solo añade ruido y el público ya ha aprendido a filtrar y pasar de largo de las grandes inversiones que hacen la mayoría de negocios. 

Con el tiempo hemos comprobado que los mejores resultados llegan cuando conseguimos una relación cercana con el cliente. Solo así podemos desarrollar una visión coherente entre lo que el negocio quiere conseguir, lo que hace y lo que comunica.

Si todavía no tienes claro cómo construir tu plan estratégico, cuenta con nosotros. Nuestro objetivo es ayudar a la gente a transformar sus ideas en proyectos reales, especialmente si son proyectos con verdadero impacto positivo.